Buen partido, goles bonitos y un triunfo extraordinario. La única objeción es el gol a última hora, que complicó un partido que debitó tener un marcador más contundente.
El éxito estuvo en la seriedad en el trabajo y en la solidaridad del ataque. El primer gol llega con la intervención de tres futbolistas que destacan por sus individualismos, como son los casos de Diego Castro, Barral y Carmelo. Y es justo reconocer y destacar el excepcional trabajo de Diego Camacho.
Los 24 puntos y la distancia de diez con el descenso, si la jornada acaba como se espera, son un buen margen y una situación magnífica para ir a Huelva y Getafe con cierto desahogo, antes de meterse en el Angliru. Primero está la Copa. Hay motivos para tener confianza.