La Copa ya es historia. Las secuelas del partido del miércoles deben resumirse a los análisis de lo que no hay que hacer en el campo y a un estudio que debería confeccionarse con los desmanes arbitrales.
La realidad es la Liga y el presente se llama Sevilla. El conjunto hispalense tiene un auténtico equipazo, aunque llegará a Gijón con la disculpa de algunas bajas, el cansancio del jueves y un entrenador que no acaba de afianzarse en el puesto esta temporada.
Se acabó la diversión de la Copa, que finalizó en decepción por las debilidades defensivas, que chocan con la eficiencia que la zaga gijonesa tuvo en San Mamés, en el partido más serio que se jugó a domicilio en lo que va del nuevo año. Preciado es quien tiene la misión de confeccionar un equipo aguerrido con la plantilla que quiere, aunque el 99% del sportinguismo considera que falta algún refuerzo y que algún jugador que no entra en sus planes podría buscar su futuro fuera de Gijón. Incluso ahora.
Llega el ‘Angliru’, que da miedo, por la potencia de los rivales, aunque el Sevilla no parece que venga en su mejor momento. El Barcelona, si es el de la vuelta copera ante el Espanyol, no será el de la goleada de El Molinón, y el Real Madrid de Juande juega feo, aunque gana. El Villarreal tampoco parece tanto. De todas formas, la diferencia entre el Sporting y los cuatro citados es notable. La fórmula para contrarrestar la distancia es tener mucha concentración, sentido de la anticipación y garra, además de suerte. Luego llegará el ‘Tourmalet’, otro ‘Angliru’ menos empinado, pero más peligroso. Me refiero al Mallorca-Osasuna-Numancia, casi seguidos, en los que habrá que marcar la línea de la permanencia.
Pero, el primer plato es el Sevilla. Preciado sólo firma el triunfo, aunque después del partido pueda pensarse que un empate no es malo. Un triunfo sería un respiro extraordinario. La grada pondrá su grano de arena. El resto será parcela de los artistas, con permiso del veterano Megía Dávila.
P.D.: No estaría de más confeccionar un dossier de las actuaciones arbitrales de los partidos del Sporting y facilitárselas al señor Sánchez Arminio a través del señor Díaz Vega. Más que nada, para que sepan que el Sporting respeta y protege al gremio arbitral, que es lo que ellos quieren. Pero, ¿los árbitros respetan al Sporting en la misma medida? ¿Por qué no están en la nevera, con Pérez Burrul, Medina Cantalejo y Bernardino González Vázquez?