Acabo de llegar de Barcelona. El partido ofrece varias conclusiones. Una, que la derrota es honrosa por el resultado, pero no por la ambición del juego. El Sporting dio la sensación de salir asustado, aunque los ‘artistas’ explican que la razón fue la gran calidad de la gente que tiene el conjunto barcelonista. El mejor equipo del mundo resulta inaccesible, aunque algo más se podía haber intentado.

Los rojiblancos se dedicaron, prioritariamente, a correr detrás de los azulgrana. El equipo de Guardiola tiene más calidad, individual y colectiva, que el de Preciado, pero, además, presiona más y mejor, da la sensación de que corre más, o, por lo menos, mejor. De precisión, ni hablamos.

El primer gol del Barça llega en un contraataque de un córner del Sporting. El segundo, otra vez en una jugada que sorprende a los rojiblancos mirando hacia adelante, pero con un punto de mira equivocado. El Barcelona no tuvo mucho que hacer para ganar fácil. Casi el 80% de la posesión del balón. Dato elocuente.

Lo mejor, el debut de José Ángel, el buen partido de Gerard, pese al infortunio del recorte en el segundo gol, y que Lafuente evitó una derrota más amplia. Y, por supuesto, la afición. Se calcula que unos 3.000 aficionados fueron al campo. Y no hay referencias de que por llevar camiseta o sudadera de Ultra Boys hubieran tenido que dar la vuelta.

Ahora viene el Real Madrid a El Molinón. Tendremos tiempo durante la semana para prepararnos.