Juande Ramos tiene aspecto de tranquilidad, pero la procesión va por dentro. Le preocupa el Sporting porque el Barça tiene doce puntos de ventaja, pero el punto de mira del técnico manchego está en el Liverpool, que será el día 25 de febrero. No hay ninguna entrada. Como en Gijón para recibir al Real Madrid, aunque en la capital de España lo anuncian en letreros luminosos. En El Molinón se hace con un folio de papel.
El club madrileño será agasajado en su estancia en Gijón, para devolver el buen trato recibido en la primera vuelta. Las relaciones entre los dos clubes siempre fueron excelentes con cesiones de jugadores (Marañón, entre otros) y la participación desinteresada del primer equipo madridista en el partido del 75 aniversario y en el homenaje a Quini.
Otro aspecto diferente es que algunos árbitros hayan querido ayudar al Real Madrid en momentos y partidos puntuales, caso de las expulsiones de Ferrero y Ablanedo, tan recordadas estos días. Algo similar sucedió con el Barcelona y el Atlético en sus visitas a Gijón. Pero esto es harina de otro costal. En el aspecto de organización, el Real Madrid es un ejemplo, con atenciones excepcionales. Doy fe en dos días que pasé por el Santiago Bernabeu y por la Ciudad Deportiva de Veldebebas.
La principal conclusión que saqué en la entrevista que mantuve con Juande Ramos es que al Sporting se le tiene respeto en Madrid.