Se acabó el denominado Angliru con un balance mejor que el de la primera vuelta. Tres puntos más y la mitad de goles recibidos menos. Sin embargo, los errores defensivos se mantienen y siembran una preocupación añadida.
Se ha dicho todo sobre las deficiencias del equipo, el empecinamiento de no haber reforzado convenientemente la zaga en el mercado de invierno, los vaivenes de alineaciones y la falta de agresividad en determinados encuentros, con temores al rival que redujeron el nivel de competitividad a la mínima expresión. Pero la realidad se llama Real Mallorca y la necesidad son tres puntos que pueden valer cuatro. Incluso un empate no sería malo, pero mantendría un clima de incertidumbre ante la siguiente visita a Pamplona, con un Osasuna en proceso de recuperación. Pero lo que se necesita es ganar.
El encuentro del domingo no es una final, porque ni un triunfo asegura la permanencia, ni una derrota significa el descenso. Pero el partido hay que afrontarlo con aire de final. Las gradas no van a fallar, porque esta afición, pase lo que pase, no falla nunca. Es ejemplar.
Tanto Preciado como los componentes del vestuario valoran la importancia del encuentro para salir a por una victoria tranquilizadora. El míster deberá pensar un poco más esta semana para elegir a los mejores, a los que tienen la calidad suficiente para sacar las castañas del fuego. El técnico niega que los descansos a Gerard, Luis Morán, Sastre y Diego Castro fueran premeditados pensando en el Mallorca. Sin embargo, esa es la sensación que da. Prescindir de jugadores fundamentales parece una decisión equivocada, aunque las razones o sinrazones están marcadas los resultados. También es contraproducente salir excesivamente revolucionados. Tan perjudicial es no competir, como excederse en el empeño.
En cualquier caso, acabado el paso de los grandes, llega la hora de la verdad. Marzo es clave. Tres de los cuatro partidos serán ante rivales directos a los que se ganaron en la primera vuelta. Son el Mallorca, Osasuna y Numancia. Tres victorias en estos encuentros significarían la permanencia. De momento lo que hace falta es ganar a los mallorquines.
PD 1: Algunas televisiones nacionales se olvidaron del penalti a Canella. Y no digamos de la mano de Eguren. Tambiuén se olvidaron del ‘piscinazo’ de Llorente. Hay quienes tienen más simpatía por el Athletic que por el Sporting, lo que es lícito, aunque no da categoría profesional demostrarlo tan abiertamente. Quizá tenga que ver con que el Sporting está comprometido con Mediapro y deja Audiovisual para la próxima temporada, aunque la lucha de las televisiones no es en el césped.
PD 2: Diego Castro no acabó el entrenamiento de ayer. Cuando un jugador tiene una calentura es mejor enfriarla. Las dos entradas que le hicieron previamente también fueron escalofriantes. Calificar de ‘expulsión’ el hecho me parece desproporcionado. El domingo debe estar en el once titular y dar de sí todo lo que sabe. Es uno de los imprescidibles. Preciado lo sabe.