Se cumple el anuncio de Preciado. Vamos a sufrir. O mejor dicho, llevamos sufriendo toda la temporada. Cierto es que tras el inicio tan desolador hubiéramos firmado la situación actual, pero después de la reacción al mal comienzo, ahora resulta descorazonador ver cómo se perdieron dos buenas oportunidades de estar menos intranquilos.
En Soria fueron deméritos propios, pero ante el Racing se jugó bien una buena parte del partido. Los errores arbitrales fueron demasiado contundentes y hasta Sánchez Arminio entiende el malestar de los rojiblancos, que ven cómo la balanza de las equivocaciones de los señores del silbato cae casi siempre en su contra. Al menos, con bastante más frecuencia.
Dijo el filósofo gijonés José María Suárez Braña en su presencia en Canal 10 en la noche del lunes que dejará de ir al fútbol el día que se entere que un árbitro se vende. Si tuviera memoria, hubiera abandonado los palcos, tribunas y gradas hace mucho tiempo. La extensión de corrupción puede extenderse también a jugadores, entrenadores y dirigentes, aunque, como en el caso de los árbitros, son una minoría insignificante que existe en el mundo del fútbol, si bien parece que sólo se castiga en Italia.
El último recuerdo es la actuación del cordobés Ramírez Domínguez, con dos asistentes en la banda que no vieron infracciones demasiado claras. Nadie acusó de venta arbitral, sino de incompetencia. Si el colegiado andaluz físicamente no está bien, es más fácil que esté mal situado y, como consecuencia, que tenga más errores. Tal vez la culpa sea de la estructura de El Molinón. En San Mamés, por ejemplo, hay mejor ‘visibilidad’.
Al margen de estas reflexiones emanadas de las teorías filosóficas del amigo Pepín, llamado a ocupar el cargo de defensor del árbitro, la cruda realidad es que el Sporting tiene sólo tres puntos de ventaja sobre el descenso a nueve jornadas del final. Desde todos los rincones se vierte optimismo con el “si seguimos jugando así, aseguraremos la permanencia”. Pero, señores, primero hay que sumar puntos. Si encima se juega bien, fenomenal. Y si el árbitro no perjudica o ayuda, mucho mejor, pero hay que sumar..
Vienen rivales complicados. El Valencia ‘saneado’ por los créditos que levantan la moral de sus jugadores es el próximo. Luego, el Betis, que ya cambió de entrenador, y el Espanyol, que se agarra a un clavo ardiendo. Después, los Atléticos.
Se echan muchas cuentas con los ‘Anglirus’ de los demás, o sea, del Recre, el Geta y, más adelante, el Mallorca y Osasuna, pero lo primero es sumar, antes de mirar a los demás, para superar este Vía Crucis rojiblanco.