El partido del Betis dejó dos señales. Una, en el aficionado, que resultó decepcionado por el juego del equipo. Otra, la del vestuario, donde se considera que el equipo no jugó peor que el conjunto bético, aunque se asume la falta de pegada, llegada y remate.

Por mucho que quiera explicarse, es difícil encontrar un argumento para justificar la derrota frente a un equipo nervioso, que se fundamentó en las genialidades aisladas de Emaná. El camerunés marcó un gol que difícilmente repetirá, como ya pasó con su compañero Monzón en El Molinón, y dio dos o tres pases letales ante una defensa que no acaba de alcanzar el tono de solidez necesario para andar por Primera con cierto desahogo.

En el vestuario hay convencimiento de que la permanencia va a consolidarse, pero con mucho sufrimiento. La verdad es que se están dejando pasar unas oportunidades de oro para evitar la angustia de ver casa semana más cerca las posiciones de descenso.

Los malos resultados tienen como consecuencia que haya una división en las opiniones sobre el entrenador, con un sector que se manifiesta contrario a Preciado, y también las censuras al rendimiento de algunos jugadores. Al final de la temporada será el momento de la poda, si es que es precisa, aunque para ello dependerá de la categoría. Si el equipo se mantiene, Preciado renovará su compromiso. Lo tiene firmado. Para marcharse, tendría que indemnizar. Si se produce el descenso, se irá y la plantilla verá reducida en más de la mitad sus honorarios y algunos jugadores podrán quedar libres.

Pero esto será al final. Antes hay que luchar por evitar la catástrofe. El equipo dio muestras de que sabe hacer bien las cosas. A cortar cabezas habrá tiempo. Ahora lo que importa es la visita del Espanyol, al que hay que ganar por lo civil, lo criminal o lo penal, como diría Luis Aragonés. A quienes les importe que el Sporting siga en Primera no deben faltar el jueves a la cita de El Molinón.

Los virtuosos de la delantera rojiblanca pueden marcar las diferencias. Vuelve Diego Castro, Carmelo deberá estar más centrado, Luis Morán debería ser el de la banda derecha, con permiso de Maldonado, que no acaba de arrancar y demostrar toda la calidad que movilizó al cuadro técnico para insistir en su fichaje.