Se acerca el partido de Almería. Toca ya olvidarse de casi todo y centrarse en el objetivo es sacar algo positivo en 90 minutos que se disputarán en un campo con una presión de unos 12.000 espectadores y en un terreno de juego con pista de atletismo. Eso significa que la distancia obliga a que el calor de la grada llegue con menos fervor.
Al margen del calor, la calidad que habrá en el campo será la que decida la contienda, aunque también influye y en un grado alto la intensidad que se ponga en el juego. En ese aspecto, el Sporting debe ser infinitamente superior al Almería.
La semana fue movida en el tema arbitral. Las quejas del Sporting no cayeron en saco roto. A Teixeira Vitienes le leyeron la cartilla, aunque de cara a la galería le dieron un Barcelona-Villarreal. En el gremio arbitral, las procesiones van por dentro, pero no hay tarjetas, ni castigos. Toca Pérez Burrul. Hasta ahora esquilmó al Sporting, aunque sea amigo de Preciado. El míster sólo habla bien de su paisano. Será parte del montaje. Hay que hablar bien de los árbitros, para tener la posibilidad de que hasta te piten bien.
Si a defensa no comete errores como los del minuto 90 del encuentro ante el Athletic y no se echa fuera el balón en jugadas como la de Bilic y Carmelo, será más fácil sacar algo positivo de Almería.
Según los cálculos, entre los que viajan en el chárter, la Peña La Arena y otros aficionados que viajaron o residen en el Sureste español, ya sea por vacaciones, ocasionalmente o por cuestiones de trabajo, es posible que el cálculo de los 200 se quede corto.
Lo que importa es el partido. Hay motivos para la esperanza. La necesidad es una evidencia.
PD.: La señora alcaldesa dice que está “desilusionada y disgustada” por los retrasos de las obras de El Molinón. ¡Bienvenida al club! También con retraso se incorpora al grupo de los que desde hace más de dos años estamos desilusionados con una gestión tan decepcionante. A ver cómo lo arregla, porque ella es la que manda y el equipo de colaboradores que tiene es muy amplio.