Si el fichaje de Kaká paralizó el mundo futbolístico, el de Cristiano Ronaldo agotó las tintas de las rotativas. La repercusión fue espectacular y tuvo un efecto social y mediático, con la expectación que provoca lo que pueda generar el nuevo Real Madrid. De momento, la ilusión desborda la casa de la diosa Cibeles y crea perplejidad en las mentes azulgranas, donde se mira mucho que la ‘pela’ es la ‘pela’.
Sin embargo, en lo que al Sporting se refiere, la mejor operación será la de Villa. Y si se suman las de Negredo, Silva y más jugadores españoles, mejor, porque eso significará que se moverá el mercado nacional, que es el que puede repercutir en las arcas de Mareo.
El Sporting tiene programado el traspaso de Canella. El presidente rehusó hablar con el Atlético de José Ángel. Al menos, por ahora. Otras operaciones como las de Barral o Míchel dependerán del importe de los ofrecimientos. Por eso es bueno que el que se mueva sea el mercado español.
El cuadro técnico y el consejo tienen un plan diseñado para la nueva plantilla que será coherente en función de los aciertos. A priori no faltarán las críticas, porque nunca llueve a gusto de todos. Lozano porque es Lozano y Rivera porque es Rivera. Si vienen porque vienen y si no vienen, porque no vienen. Si miramos los precedentes, pocos confiaban en Emilio de Dios, censurado duramente desde la capital antes de llegar al cargo. De momento, en su balanza, hay más aciertos que errores, aunque los peritos en tristezas querrán hablar más de Pina y Colin que de Diego Castro o Barral.
Rivera está firmado desde la noche del miércoles. Es un jugador pedido por Preciado. El míster, al margen de sus defectos, aún tiene crédito suficiente para que se le atiendan sus peticiones. Lo de la edad no debería ser un inconveniente. El año pasado llegó Camacho con 32 años y su rendimiento fue satisfactorio.
Decía García Cuervo el pasado lunes en Canal 10 que lo que importa es la calidad. En su primera época de banquillo en el Sporting decidió quitar de la circulación a un internacional irlandés, como era Kevin Moran, para dar paso a un imberbe Abelardo, porque lo veía con más calidad. Desde entonces, el gijonés fue titular indiscutible, ganó cuatro veces el Molinón de plata, fue internacional y el Barcelona pagó 275 millones de las antiguas pesetas antes de ir al Mundial de los Estados Unidos.
No deben asustar las fechas del DNI. Antiguamente un chaval de 20 años era inexperto y uno de 30 empezaba ya a ser considerado viejo. Lo que importa es el rendimiento, que vendrá determinado, en una gran parte, por el acierto en la elección. Para tener la ocasión es preciso que se mueva el mercado. El efecto Villa empezará a ponerlo en marcha.
PD.: Quiero tener un recuerdo para el periodista Ernesto López Feito. Lo conocí cuando estaba en el equipo de José María García en Antena 3 radio. Últimamente estaba en la Ser. Buena persona y excelente profesional. La vida da golpes duros. Un infarto fulminante a los 56 años se lo llevó. Descanse en paz.