El Sporting tiene la intención de devolverle al Ayuntamiento tres millones de los algo más de doce que tuvo que ‘invertir’ la Casa Consistorial gijonesa cuando adquirió Mareo, porque la tasación de la finca en 1.500 millones de las antiguas pesetas no daban para pagar la deuda reclamada por la Agencia Tributaria y las fichas denunciadas por los futbolistas.
Ahora parece que sucede el efecto contrario. El Ayuntamiento está en crisis y el Sporting parece nadar en la abundancia. Las precariedades económicas están en todos los sectores, incluidos los hoteleros en plena temporada alta, pero con la excepción del fútbol.
El club gijonés va a presentar un extraordinario beneficio, superior a los tres millones de euros, después de haberse salvado de milagro. Yo, al menos, pienso que en Valladolid, el 1-2 en un partido de 4-1 fue algo que difícilmente se repetirá. Allí estuvo la clave de la permanencia, lo mismo que un año antes el ascenso se gestó en otro milagro de dos minutos en Mendizorroza, donde el Alavés le dio la vuelta a un partido perdido frente a la Real, que iba camino de subir en la plaza del Sporting.
Esta temporada se hicieron cinco refuerzos, que van a dar un nivel más alto en la calidad del conjunto, sobre todo los dos centrales. La diferencia ya se vio el sábado en el Saint Andrews. Pero la plantilla no está completa. Falta un lateral derecho. Los experimentos de los Pedros no convencen para afrontar una temporada larga y dura. Y Emilio de Dios debe tener recambios para los posibles, aunque complicados, traspasos de Míchel y Canella.
No entiendo la prisa de darle ya al Ayuntamiento tres millones de euros, cuñado hay algunas necesidades que deberían ayudar a seguir en Primera, sin apuros. Si el equipo se mantiene en la máxima categoría será más fácil liquidar en pequeñas dosis y en un periodo de tiempo más largo incluso toda la inversión municipal, con el objetivo de recuperar Mareo. Creo que hay prioridades deportivas ante las marcas, salvo que haya presiones desde el Ayuntamiento.