El Sporting vuelve a enfrentarse hoy a un rival de Primera. Ya lo hizo contra el Athletic, en dos ocasiones, pero en diferentes circunstancias. En Portugalete fue en la primera semana de partidos, en sólo 45 minutos, y en Luarca fue un sucedáneo del equipo vasco.
La prueba de esta tarde, en la última semana de la pretemporada, debe ser distinta para los dos equipos. La pena es que el campo presenta un marco poco atractivo, con sólo una vetusta grada, aunque lo que importa es lo que se vea sobre el tapete.
Preciado sigue con las pruebas, pendiente de la situación de Míchel. Las negociaciones tuvieron parte de mofa por parte del cuadro técnico. Emilio de Dios lo valoró como ‘rumorología’ y Preciado le dio carácter de broma, con una incredulidad total. El problema es que el director deportivo no se lleva bien con determinados intermediarios, como es este caso, y en lugar de tener previstas alternativas, se trata de ridiculizar una operación que no se descarta que se haga. En este aspecto, el club, al margen de las decisiones que puedan ser estudiadas, debería imponer una línea de seriedad y humildad que ahora falta.
De todas formas, resulta complicado de entender que se esté en disposición de acceder a la marcha de Míchel por 3,5 millones de euros. El entrenador lo considera un jugador fundamental y Vega-Arango es reacio a los traspasos de los jugadores que son valores importantes. Puede que las declaraciones se hagan de cara a la galería, que el míster no tenga en sus oraciones al lenense y el presi asuma que viene mejor el dinero que la continuidad del jugador.