Se acabó la pretemporada, época que sirve para poner en funcionamiento al equipo, cargar las pilas de la plantilla y examinar las carencias del grupo. Todos los apartados se completaron.
El equipo, más que ponerlo en funcionamiento, se puso a rodar con la continuidad de la pasada temporada, con el añadido de los retoques en forma de cinco incorporaciones. Las pilas quedaron bien cargadas con el trabajo, a veces extenuante, de Gerardo Ruiz. Las carencias también se vieron claras.
A una semana del inicio de la Liga, la falta de un lateral derecho que compita con Sastre es un aspecto incuestionable, pese al empecinamiento de los técnicos, similar al que en la pasada campaña rehusó el fichaje de otro central. No se le pueden quitar ni a Preciado, ni a Emilio de Dios, el mérito que tienen de haber sido parte importante en el ascenso y en la permanencia, pero haber sufrido en exceso en la campaña anterior, corriendo un riesgo innecesario, tiene que haber servido de experiencia para no volver a tropezar en la misma piedra, sobre todo cuando hay posibilidades económicas.
Para el centro de la zaga, otro central experto y con contundencia no vendría mal. Lo mismo que otro delantero.
Vistas las carencias, conocerlas no es suficiente. Debería actuarse. Emilio de Dios ya advirtió que hay detrás un trabajo hecho. Vamos a esperar por los resultados. Queda una semana.