Un amigo, de esos que no va al fútbol y que sólo lo sigue por televisión, me pregunta que de qué nos quejamos, después de ver los marcadores de la primera jornada y la clasificación. Su análisis, tal vez algo superficial, es que peor que los sportinguistas debe estar el humor de los seguidores del Racing y del Atlético, sin que otros, como el Almería y el Valladolid, estén para tirar cohetes.

Viéndolo desde ese prisma, está claro que hay motivos para pasar el parón liguero con una relativa tranquilidad. Lo que pasa es que durante el verano se vieron algunas cosas en las que se podía haber actuado con una mayor coherencia. Un ejemplo es el lateral derecho no fichado.

La derrota de Barcelona no escuece por el 3-0 ante el denominado ‘Penta Barça’, sino por los dos primeros goles, que tuvieron unos errores que lo mismo que se cometieron en el Camp Nou, pueden repetirse ante otro rival de nuestra Liga. Y cuando me refiero a nuestra Liga, hablo de equipos con los que al final puede haber un empate en la clasificación y los resultados entre sí pueden tener una importancia vital para un desempate.

La visión de mi amigo no deja de tener una dosis de optimismo que quizás haga falta en algunos sectores del sportinguismo. De momento, la Santina se viste de rojo y blanco y Carmelo se acerca al final de la recuperación, dos semanas antes de lo programado. Así vemos la botella medio llena.