El Sporting levantará su telón liguero en El Molinón el próximo domingo con la visita de un Almería que parece que va a menos, angustiado por el descenso de su potencial deportivo y económico. La quiebra de su patrocinador fue una de las claves en una provincia que vive principalmente de los invernaderos, que no tienen relación con el fútbol.
Hoy empieza el trabajo de la semana para preparar el encuentro ante el equipo de Hugo Sánchez. Los tres puntos son el objetivo y la necesidad, sin que las tensiones internas, que difícilmente van a frenarse, puedan influir en el ambiente.
En Almería se quejan de bajas importantes, como la del recién llegado Vargas y la posibilidad de no poder contar con Goiton, además de tener la duda de Piati. Son dos delanteros interesantes, pero tiene otros, como los Ortiz, Crusat o Kalu Uche.
El equipo de Hugo Sánchez tiene un buen conjunto, algo debilitado respecto a la temporada anterior, pero no ofrece motivos para confiarse. Por eso todos los apoyos son pocos en una circunstancia como esta.
El Molinón va a presentar una cara irregular. Media tribuna remozada, la otra media con asientos desmontables y el fondo Norte al descubierto, como en los viejos tiempos, cuando íbamos al fútbol con paraguas. Si los puntos quedan en casa, las incomodidades seguro que se notarán menos.