Valencia es el destino de este fin de semana. Preciado tiene el equipo decidido, o sea, los que ganaron al Almería, con Gerard, porque Botía se lo llevaron a la sub 20, sin que se hayan buscado más recambios, pese a que la historia era conocida desde junio. Tampoco se protestó por ello y la plantilla es la que hay, la mejor que se preparó. Por eso hay que aceptarla como es.
El Super Valencia asusta por nombres. Villa, Silva, Mata, Joaquín, Marchena y un largo etcétera. Luego habrá que ver qué pasa. Los partidos, como decía Boskov, son 11 para 11 y duran 90 minutos. Sobre el papel, el Valencia es infinitamente mejor que el Sporting, pero sobre el tapete pueden pasar muchas cosas. También era mejor el año pasado y el triunfo fue rojiblanco. También hace 25 años era un Valencia de ensueño, pero seguro que Jiménez no olvidará su gol, que dejó despobladas las gradas de Mestalla con el tercer tanto rojiblanco que ridiculizaba al conjunto levantino, con un 0-3 que no esperaba ni el que asó la manteca.
De momento, después de ver la ilusión generada el pasado domingo, hay motivos para pensar en que, por lo menos, la temporada no va a tener el sufrimiento de la pasada campaña. Eso esperamos.
PD1: Lamento ser un saco de decepciones después de una semana con pruebas médicas y fallos informáticos para poder intervenir en el blog. Respecto a los resultados médicos siento no poder contentar a los que desean mi jubilación, porque estoy más fuerte de lo que esperaba y mi corazón late dentro de los parámetros considerados normales, sin necesitar ningún tipo de ayuda. Al menos, por el momento. Los demás pueden seguir disponiendo de una tribuna libre para exponer sus ideas, siempre bajo el prisma del sportinguismo y, si puede ser desde el respeto, mucho mejor. Si hay algún infiltrado, pues bienvenido sea. Todos tienen derecho a vivir. Aunque sea en un mundo que no desean. Es una fórmula para elegir ser felices o infelices.
PD2: Reapareció Emilio de Dios. Pensó lo que dijo, pero no dijo lo que pensaba. Si preguntan a Vega-Arango también pensará lo que diga y no dirá lo que verdaderamente piensa. En privado se dicen otras cosas. Algunas, increíbles. Ellos sabrán. Por eso si se suman puntos, estas cosas seguirán en un moderado silencio.