Tengo que confesar las escasas ganas de escribir después de haber conocido el fallecimiento de mi amigo Emilio López Tamargo. Era ovetense y oviedista, pero un gran admirador del Sporting y de Vega-Arango.
Emilio fue una buena persona, un excelente profesional, un maestro en nuestra profesión, solidario en todos los momentos y un amigo como pocos. Cuando de una persona se puede decir que no tuvo enemigos en esta vida, quedan englobadas todas las virtudes. Su ausencia es de la que se notan. Ya no será posible llamar a su teléfono para encontrar una sonrisa y una solución. Son muchos los buenos recuerdos que me trae la figura de Emilio.
Futbolísticamente, el Mallorca está a la vuelta de la esquina. Preciado tiene previsto racionalizar la alineación, para poner a cada uno en su sitio. Vuelve Lora al lateral derecho, Luis Morán por delante, Diego Castro a su banda y De las Cuevas a la posición de enganche. Durante el partido está previsto que tengan entrada Matabuena y Carmelo, principalmente para que vayan cogiendo minutos. Si las cosas no van bien, seguro que el míster echará mano de ellos. Mejor será que sea por tener participación. Son dos refuerzos importantes.
Ganar al Mallorca sería un buen espaldarazo. Un punto es poco para sumar, porque se mantendría una posición demasiado cercana a la zona de descenso, de la que seguro que van a salir el Villarreal y el Atlético de Madrid. Aunque queda mucha liga, por estas latitudes surgen los nervios enseguida y no ganar provocaría escuchar algunos ruidos de sables. Si los artistas aciertan con Aouate será mejor para todos.
PD.: Desde aquí quiero mandar un fuerte abrazo al bueno de Bernardino Bernardo, el abonado, accionista y sportinguista que más kilómetros lleva recorridos a lo largo de su vida con el equipo rojiblanco. Anoche falleció Sara, su mujer. Creo que esta semana era mejor que no hubiera comenzado.