Acabo de llegar de Bilbao. En estas circunstancias parece que el cansancio no existe. No fue un partido brillante en el primer tiempo. Luego hubo una parte práctica, otra con destellos de espectacularidad y el resto de una gran seriedad defensiva.

De las Cuevas brilló en momentos puntuales en los que decidió el partido. No recuerdo cuándo el Sporting marcó un gol de falta. El ‘guaje’ de Alicante tiene un guante en el pie. La pareja de centrales da seguridad en el juego aéreo. Rivera fenomenal. Lo mismo que Míchel. Cumplieron aceptablemetne bien los laterales.

El ataque estuvo algo más difuminado, con una distancia y falta de coordinación entre ellos, bien adornados con los zarpazos en los que intervino De las Cuevas.

Por la semana se habló por Bilbao de las palabras del inocente Gregory, que pasa un periodo de aprendizaje. Hasta se mencionó la palabra ‘guerra’ que en ningún momento fue mentada por el francés. Una falta en todo el partido y poco justa, aunque del árbitro poco hay que decir.

No hubo mucha afición sportinguista. No llegó al millar. Es lo que pasa cuando el propio club prefiere que no vaya la afición visitante y pone las entradas a la venta el viernes por la tarde, sin saber si habrá localidades disponibles. El caso es que no hubo guerras, fue un partido limpio y primer triunfo a domicilio. Octubre es arrollador. Falta el Real Madrid. Y el primer asalto del Recre. Pero hoy disfrutamos con el triunfo de San Mamés.