La Copa del Rey era una competición que se tomaba en serio hasta hace pocos años. Ahora es un escaparate, una especie de torneo de reservas que empieza a tener interés para los entrenadores cuando hay opciones de remeterse en semifinales.

Preciado va a utilizar todas las rotaciones habidas y por haber, para que los titulares estén descansados para el domingo. Al míster le interesa más Riazor que el Colombino. Vamos, que primero es la Liga y hay prisa para llegar a los 42 ó 43 antes que pensar en el torneo monárquico, que sólo tiene premios económicos, Se sabe, o al menos el técnico así lo piensa, que llegar a la final es más que difícil.

El Recreativo es un equipo de categoría inferior, lo que no es un motivo para fiarse. Conserva la base de la campaña pasada, está más motivado que los rojiblancos, el Colombino va a registrar una extraordinaria entrada y el único factor favorable es que los que no juegan habitualmente podrá tener su escaparate. De todas formas, siempre quedará la disculpa de que falta continuidad a quien no tenga la posibilidad de dar una medida que permita ver algo que lo convierta en aspirante a titular.

El Recreativo cobrará 10 euros a los aficionados que quieran ir al partido, con acceso libre para sus abonados. El Sporting, aunque la eliminatoria pueda estar encauzada, no lo hará. Cobrará a sus abonados, incluso más dinero qeu pagará el público en Huelva. Hay que pagar todos los gastos de la Copa y en Primera se viven otros niveles. Para este viaje se utilizarán dos hoteles. Uno, de día, en Huelva. Otro, de noche, en Sevilla. El autocar viaja de vacío con el material, recogerá a los expedicionarios en Sevilla, los llevará a Huelva y volverá a transportarlos a Sevilla, para lucir el logotipo y la marca Sporting por dos capitales andaluzas, aunque en una sea de paso fugaz. Convendría no empezar otra vez con los chocolates de los loros. La experiencia del pasado aún está cercana.