Pasó el primer acto de la Copa, la jornada de descanso, las reflexiones y ahora ya estamos otra vez metidos en harina, con el Deportivo como objetivo.

Preciado pondrá en danza al equipo de la Liga, o sea, a los que ganaron en San Mamés y empataron, con sabor a triunfo, con el Real Madrid. Enfrente estará el Depor que el pasado domingo sufrió un accidente en Zorrilla, pero el partido no debería servir como referencia, porque el conjunto coruñés está encaramado en zona europea, en la que se metería el Sporting con una victoria, aunque el punto de vista debería estar fijado en la distancia que se aumentaría con el equipo que ocupa el puesto 18, que es el primero al que hay que superar.

El ambiente va a ser espectacular. La venta de entradas para el partido deja a los coruñeses sorprendidos por un fenómeno social increíble en otros lugares del país. Los hosteleros coruñeses reaccionaron para organizar actividades para atraer a sus zonas a la afición rojiblanca.

Va a ser un fin de semana en el que el fútbol es la disculpa para ir de fiesta. Luego, sobre el tapete de Riazor, todo será posible. El Deportivo rentabiliza bien los goles. De cuatro partidos ganó tres en casa por 1-0, al Málaga, Villarreal y Sevilla y fue derrotado por el Espanyol con un movido 2-3.

Lotina ya sabe que Preciado va a arriesgar, lo que favorecerá el espectáculo sobre el terreno. El de la grada está asegurado y tendrá color rojiblanco. Creo que en este momento sacar algo positivo de Riazor está al alcance de los sportinguistas.