El Sporting de la decepción volvió a dejarse notar en la Copa. Diez minutos ante un Recreativo conformista y poco más. Un acierto de Barral, las ganas de Kike Mateo, un despiste defensivo y adiós partido. Preciado optó por reservar a los que ganaron al Espanyol, aunque hasta dentro de doce días no hay partido.
El Recre tampoco hizo nada del otro mundo. Capear el temporal inicial, acercarse tímidamente luego, aprovechar el despiste defensivo de los rojiblancos y cerrase hasta los penaltis.
Andreu y Diego Camacho están muy lejos de los dos pivotes que necesita un equipo. La falta de actividad se paga. Pedro no tuvo su tarde, Maldonado se queda en intentos y Barral hace su guerra. Sólo Kike Mateo salió con ganas de darle trabajo a Bernardo, pero el gol se le niega en El Molinón. Atrás tampoco están finos los que tuvieron la oportunidad en la Copa. En este momento son mejores los de la Liga, aunque los llamados titulares, metidos en medio de este zafarrancho, también se perdieron, como pasó con Luis Morán, De las Cuevas y hasta Carmelo.
Y así es como el Recreativo se encontró con una clasificación que no esperaba. No apostaba por la Copa, pero se encontró con un rival que aparentemente sí quería, aunque no hizo méritos para el pase. Fue una mala noche para los rojiblancos. Vamos a pensar que hubo que devolver el favor de junio. Es un consuelo.