Son las 23.15 cuando escribo estas líneas. Acabo de llegar de Jerez, tras saborear uno de esos empates que saben a triunfo, aunque viendo la clasificación da un poco de resquemor no haber hecho algo más el campo de un colista. Bueno, campo por llamarlo de alguna forma, ya que el césped de Chapín ofreció un aspecto lamentable. Diría que no se peude admitir en el fútbol profesional, pero de eso hay muchas cosas.

El Sporting del primer tiempo tuvo destellos. Una pena la falta de José Ángel. O el tiro de De las Cuevas. El segundo tiempo fue de mayor angustia. Menos mal que San Juan Pablo tuvo jornada de celebración. Fue clave en el empate. Estuvo bien el trabajo de Rivera y los centrales resolvieron su cometido, aunque bastante embarullado. Fue lo que marcó el ritmo del partido.

Un punto más y una jornada menos, mientras los de abajo se mantienen a distancia. El Málaga y el Xerez, pero que el Atlético no lo cuento. Ya sé que hace diez años tampoco contaba y al final bajó. De momento, se mantiene un buen colchón y ahora llega un Villarreal en fase de recuperación. Es un detalle a tener en cuenta.

El punto de Jerez se sumó con angustia final. El conjunto xerecista es carne de Segunda. Los delanteros son poco efectivos y el organizador pedido por la grada, el gallego Viqueira, tiene imagen de fútbol de tertulias, aunque nadie puede negar la calidad de sus pases.

PD.: Preciado está preocupado por la gripe. Canella cayó. Botía, también. Alguno más está tocado. No es la denominada A. Es la común, pero no deja de ser gripe.