También el Villarreal cayó en El Molinón. Un buen partido. Muy inteligente. Defensivamente, casi perfecto. Botía, espléndido. Gregory, espectacular. Los laterales muy en su sitio y sabiendo lo que tenían que hacer.
El centro del campo destacó por el trabajo de Míchel, pero, sobre todo, por un extraordinario Rivera. Vaya jugadorazo. Corre, corta, obstaculiza, pasa, manda, ordena y tiene buena visión del juego. Fue determinante para sacar los partidos adelante. En este, sobresaliente. Hundió el submarino.
La delantera no estuvo tan fina, pero no era fácil. Ahora es conveniente saborear los 20 puntos, casi la mitad de los necesarios para la salvación, cuando aún no se cumplió el primer tercio. Este equipo da muy buenas sensaciones. Toca disfrutar. Y felicitar a Diego Castro por su Molinón de plata. El día de las peñas estuvo muy emotivo. El trofeo lo recogió, primero, su padre. Fernando Castro Santos ya sabe cómo se las gasta la afición del Sporting y sabe que su hijo es querido en estos lares. Es obligado continuar.