Vamos a Valladolid. Es el desplazamiento más frío del año. También es el último, ante el parón de las Navidades, lo que da cierta importancia al partido, porque son tres puntos que tendrán eco durante toda la semana y parte de la siguiente.
El Valladolid no está bien. Sólo ganó dos partidos. En casa, sólo al Deportivo, pero fue un 4-0 espectacular. No es mal equipo, pero la irregularidad lo caracteriza. El objetivo del Sporting debe ser, en primer lugar, no perder, sin que ello signifique que haya que renunciar a mayores ambiciones.
El frío será un fuerte enemigo, pero es lo que hay y de nada valen las disculpas. Hay que buscar soluciones para combatirlo, lo mismo que Preciado tiene ya previsto cómo contrarrestar a los Diego Costa y Manucho y cómo sorprender a los defensores de Justo Villar. A ver si hay suerte.
Irán sólo 2.500 seguidores rojiblancos a Zorrilla. Eso es lo que se anuncia,m en función de las entradas vendidas. Lo de ‘sólo’ es algo que firmarían muchos equipos, que no son capaces de arrastrar a más de un centenar de aficionados. Ni el frío puede con la mareona. Los que vayan bien se merecen una victoria. Es una forma de entrar en calor. Al principio van a estar on the rocks.
PD.: La hostelería pidió al Sporting y al Valladolid que los aficionados rojiblancos fueran a la capital pucelana, para consumir allí, no en León. Acusaron el golpe de rechazo de la pasada campaña. La hostelería pide, pero en un 90% no da. Me dicen que el presidente de la hostería de Valladolid no es ni socio del equipo de su ciudad, pero le pide colaboración al club. Ese es un ejemplo que abunda mucho. En Gijón, también. No es el único gremio que se aprovecha del equipo.