Visto el ensayo de Preciado, el serbio Lola parece que será la novedad rojiblanca en Zaragoza. El balcánico tiene un buen toque de balón, desplaza en corto y en largo con cierta precisión y tiene características de corte defensivo, pero me parece que le falta presencia en el juego.
Un entrenamiento es poco para hacerse una composición de lugar, pero en el caso de Lola es conveniente tener en cuenta que su último partido oficial casi completo fue en abril del año pasado, porque en el último que jugó en la Liga, una semana después, tuvo una participación de un minuto.
Cierto es que los ingredientes no invitan a pensar con optimismo, pero también tenemos el caso de Rivera, cuyo rendimiento creo que es excelente, mientras que en Sevilla no se lo pueden creer, ya que allí estuvo en un tono muy inferior. A lo largo de la historia se podrían citar muchos ejemplos. Me viene a la memoria el caso de Paco Herrera. Llegó del Sabadell y tuvo un rendimiento sorprendente. Después de diez partidos empezó a diluirse y perdió el puesto, hasta marcharse al Levante con una rescisión de contrato. Más reciente está el caso de Andreu, que pasó de titular y renovado a convertirlo en descartado.
En estos casos, es recomendable dar tiempo al tiempo y esperar unas jornadas. Los técnicos están convencidos de que el serbio va a dar un rendimiento que aconsejará su fichaje en junio. El jugador, por su parte, se juega volver a su selección para disputar la fase final del Mundial de Sudáfrica. De momento, lo que hacen falta son puntos en Zaragoza. No se debe perder después de que el colchón de trece puntos de ventaja de últimos de noviembre se redujo a cinco en la actualidad. Esa trayectoria sí que preocupa.