Dice un refrán sportinguista que pobre del que quiera quitarnos la ilusión. Hoy, los artistas rojiblancos ofrecieron el peor de los ridículos, con una actuación lamentable y sonrojante, que la que casi consiguen lograr un récord, o sea, quitarnos la ilusión. La permanencia que estaba al alcance de la mano empieza a complicarse ante los más débiles por deméritos propios.
Lo de esta noche no tiene justificación. Preciado deberá meditar esta actuación y Vega-Arango tiene la necesidad de dar un puñetazo encima de la mesa. Lo que vimos en El Molinón no es de recibo para una afición tan loable. Menos mal que se tienen sumados 37 puntos, pero no se olviden que no está hecho todo. Pasar apuros en esta situación tiene muchos bemoles. No creo que haya más que comentar. Los que tienen el mando, que reflexionen. La afición está para algo más que para pagar.