Al Sporting le quedan seis partidos para certificar la permanencia. Con tres puntos parece que puede ser suficiente, aunque también se consideraba la salvación asegurada antes de pasar por El Molinón el Xerez y el Tenerife. En temporadas anteriores, el límite se veía en 42 puntos. Este año las cuentas son distintas, aunque no parece que al final vayan a ser muy diferentes.
El equipo de Preciado lleva un triunfo en las últimas ocho jornadas, con una línea similar a la de uno de los tramos se la segunda vuelta de la campaña pasada, en la que se vio el abismo excesivamente cerca. La reciente trayectoria de los rojiblancos provocó que haya florecido un ambiente de sensible preocupación, porque en juego está algo más que la permanencia. Seguir en Primera tiene una influencia extraordinaria en el futuro de la entidad, aún en pleno desarrollo del proceso concursal.
Sevilla es una plaza complicada, pero no inaccesible, aunque la gran final será la que se disputará una semana después, con la visita del Valladolid a El Molinón, que dará mucho que hablar, antes y después. Pero si se puede sacar algo del Sánchez Pizjuán, aunque sea un punto, el efecto anímico tendrá una importancia casi tan determinante como el aritmético. Lo fundamental será afrontarlo con tensión, ante un rival que tiene en juego meterse en competiciones continentales, con la Champions como principal objetivo.