Se acabó la Liga con una derrota. Dos errores defensivos dejaron que Tchité, uno de los jugadores que mejor rendimiento saca en las visitas del Sporting a El Sardinero, aumentara su coeficiente goleador.
El partido no pasará a la historia, porque fue mediocre. Este Racing no gana a nadie, salvo que se le den las facilidades que fueron muy descaradas. El Sporting fue un equipo de pruebas, alguna despedida y ganancia de méritos en Sastre para seguirán año más en Gijón. Me quedo con el debut de los juveniles Sergio y Juan Muñiz, como dato más significativo y favorable.
Fue sintomático que la afición rojiblanca espoleara a la racinguista y los seguidores verdiblancos animaran a un Sporting que tardó en poner a prueba a Toño. Al final todos contentos. Los de casa, porque ganaron. Los de fuera, porque ya lo esperaban. A ver qué pasa ahora con las anchoas de Revilla.