El Sporting va a presentar a su primer refuerzo. Es el argentino Gastón Maximiliano Sangoy, una apuesta tan fuerte como personal de Emilio de Dios, refrendada por Preciado.
Lo único que se conoce del jugador argentino es lo visto a través de Internet, donde se escogen las jugadas más interesantes y espectaculares. En algunas de las secuencias se aprecia que domina las dos piernas y que sabe tirar las faltas con efectividad. También se aprecia que tiene carácter, lo que le cuesta bastantes tarjetas, aunque tener raza es un detalle que distingue positivamente a un jugador. En cierto modo me recuerda a ‘Chancha’ Rinaldi, un ariete del San Lorenzo de Almagro que vino a Gijón y sólo estuvo una temporada escasa, en los años 80.
Sangoy es un desconocido por la afición rojiblanca, pero bien se merece un margen de confianza, tanto para el jugador, como para el que avala su incorporación, como es Emilio de Dios. La competencia está ahí, salvo que se vaya alguno de los dos que están. En el Sporting no se descarta que pueda irse Bilic o Barral. El que más mercado tiene es el croata, porque es internacional, aunque está muy a gusto en Gijón y no tiene ningún interés en irse.
De quien me hablan muy bien como jugador de club es de Ayoze, el segundo refuerzo rojiblanco. Aunque Emilio de Dios y Vega-Arango dicen que no está hecho y que faltan detalles, yo tengo otras noticias y doy por seguro que está firmado. Pero lo que importa es si tiene cualidades, que parece que sí, aunque otro trasfondo es que parece que llega como sustituto de Diego Castro. Personalmente, el juego del gallego es una debilidad, aunque sus aspiraciones económicas parece que se salen de los parámetros del club. Todo está muy bien, pero sería conveniente explicarlo.