Logroño fue otro partido más de entrenamiento. Pocas conclusiones, por el cansancio de los jugadores que habían tenido una sesión matinal antes de viajar a media mañana a la capital riojana.
Salvo algunos detalles aislados, como una espectacular jugada de Nacho Novo, lo más llamativo fue la prueba de Barral como interior derecho, para dejar a Sangoy en el eje del ataque. El argentino no está y no se le acaba de ver, pero hay que dar tiempo. Lo más lógico creo que hubiera sido utilizar a dos delanteros como el sudamericano y el gaditano juntos en el vértice del ataque, con un 4-4-2, que fue lo que dijo Preciado cuando hizo alusiones a tener tres delanteros para un puesto.
Estamos en una fase de pruebas, pero deberían ser más coherentes. Desconozco el fundamento de inventar a Barral de extremo derecho. El gaditano es, en estos momentos, el mejor delantero de la plantilla. Trasladarlo a otra demarcación, lo mismo que le pasó a Lora en otros encuentros, da la sensación de que es una pérdida de tiempo.