La presencia del Sporting en el Trofeo Colombino se daba desde algunos sectores como una visita de cortesía a cambio de un puñado de euros, para acabar en la consolación. El calendario se preparó convenientemente, en busca de una final entre los que más veces ganaron la carabela, el anfitrión y el Atlético de Madrid.
Sin embargo, los que pronosticaron que el Sporting iba a jugar hoy a las siete de la tarde contra los uruguayos del Wanderers demostraron poca prudencia, además de desconocimiento. Tal vez no contaban con Sangoy y sus zurriagazos.
El Sporting fue un equipo más práctico que vistoso, en un partido que quedó decidido por un trallazo de Sangoy, que ya empieza a ser conocido en el mercado español. Esta noche volverá a jugar, pero de titular, desde el primer minuto, así como otros diez que piensan en que pueden ser titulares el día 30 en el Vicente Calderón.
El Colombino es un trofeo que falta en las vitrinas del Sporting. La Carabela es una preciosidad, aunque para llevarla para Mareo hay que derrotar a un rival de Segunda, el Recreativo de los Raúl Cámara, Aitor Tornavaca y Pablo Longoria, que tiene un sello competitivo. Va a resultar muy complicado, pero los que saldrán serán una mayoría de teóricos suplentes que quieren dejar tan mal a Preciado como el gol de Sangoy sonrojó a los que nos querían mandar a media tarde al Nuevo Colombino.