El Sporting de Preciado disipó todo tipo de dudas con una sensacional actuación. Con un Rivera espectacular, que volvió a ser el de la pasada temporada, los rojiblancos vencieron y convencieron, hicieron un partido inteligente, encauzado con dos goles de perfecta elaboración.
Hoy me gustó el Sporting y, por momentos, me entusiasmó. La concentración fue superior, el sentido de la anticipación y la contundencia resultaron providenciales. El Sevilla se vio sorprendido por un Sporting de alto nivel.
Si Rivera estuvo inconmensurable, Sangoy tiene detalles excelentes, de gran delantero. El salto que da en el primer tanto es propio de un goleador con talento. Excepcional Lora, quien dejó sin respiración a Perotti. Muy bien Iván. Adelante, el embrujo de Diego Castro marca las diferencias y me gustó mucho Carmelo.
El partido sirvió también para espantar fantasmas. Antes de entrar al campo, un aficionado me comentó que “si perdemos estamos en descenso”. Cuando se juega así nadie duda.
El Sporting ofreció un partidazo a su afición, que se lo merecía, y al presidente, convaleciente de una intervención quirúrgica. Fue un domingo feliz.