Toca Copa, que no es una fórmula para olvidar la Liga. Preciado, como era de esperar, hizo rotaciones, aunque algunos de los que saldrán en el Iberostar Estadi, nueva denominación de Son Moix, tienen tanta vitola de titulares como los que descansan.
Esta competición suele tener poco atractivo para los entrenadores, que la suelen utilizar para pruebas y dar minutos a los que menos juegan. En el caso del Sporting, salvo la edición de hace dos temporadas, en la que el equipo llegó a la semifinal, siendo eliminado por el Athletic y una eliminatoria con polémica arbitral, siempre cayó en el primer trago.
Está claro que la Liga importa mucho más, pero eso no quiere decir que haya que tirar la Copa. Ese es un sentir de una buena parte de la afición. Los que viajan tienen la oportunidad de demostrar lo contrario.
Y, respecto a la situación de Preciado, mantengo el criterio de que no es momento de destituirlo, pero sí de pedirle que se ponga las pilas. Sobre todo, alguno de los que lo rodean. En cualquier caso, en el mundo del fútbol manda el balón.