Que no le echen la culpa a nadie, porque la trayectoria de este querido Sporting es la que se merece y la que labora por deméritos propios. Que no haya sido televisado el encuentro de Palma fue beneficioso para los seguidores rojiblancos. Una cosa es sufrir viéndolo y otra, sólo escuchándolo. En cualquier caso, es sufrir.
La primera hora del partido del Iberostar Estadi fue lamentable, con una alineación que no fue la más adecuada. Creo que se demostró, como en la pretemporada, los jugadores que tienen calidad para competir en Primera y los que necesitan otro proceso de adaptación. O tal vez los que no estén a estos niveles.
La presencia de Pedro Orfila en el lateral izquierdo fue un error. El chaval no está formado aún para estas cuestiones. Sastre tampoco dio seguridad, Landeira acusó una sensación extraña. Lleva tres temporadas sin competir. Luis Morán acusa la inactividad y Sergio jugó fuera de sitio, con Bilic en zona de nadie y sin apoyos. Este no es el método más apropiado.
La salida de Carmelo dio otro aire, Diego Castro se entonó algo más y con Barral explosionó la situación, sobre todo cuando marcó su gol. La pena es la falta de continuidad.
Lo de las jugadas de estrategia defensiva es algo que raya lo irracional. Creo que Josep Alcocer tiene mala suerte, porque después de los dos goles a balón parado de Getafe llegó el tercero del Mallorca cuando pasaba un minuto y medio del tiempo reglamentario. Otro tanto que llega en un centro lateral de falta, al área, sin que nadie sepa de que va. El primero fue de esos que se llaman tontos, que siempre parece que pasa enel mismo bando, y el segundo de un penalti incoherente einnecesario. Que esto pase en el fútbol profesional resulta extraño.
Por cierto, no sé qué pasa con Portilla, que parece que no vale ni para este tipo de experimentos.