Parece que este Sporting no es capaz de tener un término medio. Puede presentar su mejor cara, como hizo ante el Sevilla o el Mallorca de la Liga, con unas virtudes que permiten pensar en una temporada sin sobresaltos, incluso a la espera de que pueda llegar algún premio mayor. El polo opuesto es el que se vio en Getafe o durante una mala hora en Palma de Mallorca, que es la de un equipo que desconoce lo que es el sentido del fútbol.

En principio, se sabe de lo que este equipo puede alcanzar. La imagen que dio ante el Sevilla la conoce y tiene capacidad para mostrarla. A partir de ahí habrá que buscar los motivos por los que no se puede mantener una línea de regularidad.

Creo que hay mejor plantilla que la pasada temporada, porque los refuerzos superan la calidad de los que se fueron. Pienso que Eguren es mejor que Camacho, que Novo o Ayoze superan las cualidades de Pedro o de Kike Mateo y Jorge puede cubrir perfectamente el hueco de Gerard con mejor nota.

El problema puede ser en el nivel de los que llegaron la pasada temporada. Gregory no está al mismo nivel, Rivera también está más bajo y De las Cuevas apenas aparece. Sólo Juan Pablo y Botía tienen una línea de relativa continuidad, aunque se ven arrastrados por la irregularidad del equipo. También habría que sumar que Canella está bajo y en el eje del ataque no hay una continuidad, con demasiados cambios.

El domingo viene el Villarreal. Es uno de los equipos que mejor fútbol practica en la Liga de las Estrellas. Como es habitual, habrá que recurrir al apoyo de la grada, incondicional en El Molinón, algo que nunca falla. Pero que no se olviden que los partidos de ganan sobre el tapete. La afición no marca goles. Ni los evita. El final será más o menos feliz en función de qué Sporting nos encontremos, ya que es capaz de tener una doble personalidad tan distanciada como la del doctor Jekyll y mister Hyde.