Un viaje de casi 500 kilómetros, con bastantes silencias, da mucho para pensar. Una nueva derrota, esta vez ya en la Liga del Sporting, debe hacer reflexionar al cuadro técnico y a la planta noble.
Un Osasuna horrible ganó a un Sporting horroroso. Sólo caben dos apuntes. Uno, que el gol de los navarros llega después de un córner a favor y con Gregory presionando como interior zurdo. Alguien tendrá que decirle al central que esa no es su función. Me pareció algo insólito. Fue similar a lo de Zaragoza.
Otro detalle. Osasuna remató todo lo que quiso en acciones de estrategia, dejando en evidencia a la zaga gijonesa. No sé hasta cuando se va a permitir la tomadura de pelo de Josep Alcácer, con Iñaki Tejada, con muchos más conocimientos, en el más esperpéntico ostracismo, salvo la función de arbitraje de los jueves.
Más problemas. El estilo de juego del equipo brilla por su ausencia. El fútbol combinativo no existe, los delanteros parecen almas en pena deambulando por la zona de ataque, sin ningún sentido de los apoyos. La ausencia de Diego Castro se echó mucho de menos.
En el mercado de invierno debe haber cambios. Emilio de Dios tiene que rectificar los errores del pasado verano en la confección de una plantilla descompensada. En 2010, en 37 partidos oficiales, sólo cinco victorias. Es un balance muy pobre. Y para tener mejor plantilla que la pasada campaña, los datos son más pesimistas. O cambian las cosas de forma radical o se cambia de ciclo.