Hace una semana, después de la derrota ante el Real Madrid, en la que el Sporting dio una buena imagen, los componentes de la plantilla tenían claro que ante los siguientes partidos ya no había más disculpas.
En Pamplona, el equipo de Preciado volvió a carecer de la consistencia mínima para intentar ganar un partido. Este Sporting tiene una intensidad para casa y otra para fuera, además de evidenciar que esto de las estrategias, con el invento del cine, tal y como lo ensayan los peritos tácticos en esta materia, es un camelo. He visto repetida muchas veces la jugada del remate de Nekouman en Pamplona, con una excelente parada de Juan Pablo. También el gol de Osasuna. Son errores imperdonables que no pueden tener cabida en el fútbol profesional. Vega-Arango tarda mucho en dar un toque de atención a un cuadro técnico que necesita una cura de humildad. A ver si ahora cada córner a favor va a significar peligro en contra.
El domingo viene la Real. Es un equipo con carencias defensivas. Me decía Pablo Longoria en la tertulia del lunes en Canal 10 que por el centro es un rival lento. No sé si en los informes que le llegan a Preciado, si es que hay informes y si es que le llegan, se aclaran las características de cada futbolista del próximo contrario. Para decir que el defensa izquierdo va por la izquierda, que el pivote se mueve por el centro y que y que el derecho anda por la banda derecha no hace falta gastar mucho kilometraje.
El caso es que vista la clasificación y el calendario, el domingo hay que ganar. Como dijeron la mayoría de jugadores que salieron la pasada semana en Mareo en las ruedas de prensa, ya no valen disculpas. Pues quedamos en eso.