No es fácil el partido, ni el rival. Tampoco el momento de dar el salto, porque las circunstancias parecen adversas. Sin embargo, este chaval de 18 años, que vive su último año juvenil, tiene una cabeza tan bien amueblada que muchos adultos quisieran tener ese orden mental. Me refiero a Sergio, a quien Preciado recurre […]