La situación de Preciado y la actuación del consejo de administración provocaron que haya demasiada diversidad de opiniones en el sportinguismo, hasta el punto de llegar a una peligrosa división.

La realidad es que Vega-Arango hizo todo lo posible por darle la última oportunidad al míster cántabro, cuando su destitución era la decisión que parecía que iba a tomarse, aunque nunca se acordó. En la recámara estaban Marcelino y Mendilíbar, pero hay otro que se lleva muy en secreto y que puede ser la opción principal. Los fondos y las formas son utilizados como debate, con el argumento de que todo es criticable, incluso lo que se fundamenta en una base con mentiras.

La realidad es que Preciado sigue al frente del Sporting y el domingo sólo dejará de ser entrenador del conjunto rojiblanco si no gana, una alternativa que está ahí. Por eso, hablar de los casos de los sustitutos puede sonar a restar atención a lo que de verdad importa. Me parecería extraordinario que Preciado gane el domingo, porque significaría que gana el Sporting, que, por encima de personalismos, es lo que vale de verdad.

Lo peor de todo es que los nombres propios de Preciado, Vega-Arango, Fernández o Marcelino, por ser de los más nombrados últimamente, son utilizados enel entonro del Sporting con un trato de personalismo, que es lo que provoca la división que es lo menos deseable en un momento tan delicado. En una situación así hace falta gente para sumar.

Preciado firmó experiencias fenomenales al frente del Sporting en los cuatro años y medio que lleva en El Molinón, pero también tiene deficiencias, que no son nuevas de esta temporada. Algunas puede que sean la causa de la situación del equipo en la clasificación, pero ese no es el debate de esta semana. Los jugadores, si tienen tanto aprecio a su entrenador, deberán demostrarlo el domingo. Es el mejor de los 21 homenajes que le deben a Preciado y al sportinguismo. Después, ya hablaremos. Que habrá mucho de qué hablar, pero primero sumen puntos, que está en juego seguir en Primera.