Opinar es fácil y sobre todo cuando no se tiene responsabilidad sobre la gestión. Pensar que una alineación es o no equivocada, que una renovación o es o no adecuada o que un traspaso es o no conveniente no deja de ser un criterio personal.

El consejo de administración del Sporting tiene un dilema serio en el caso que se le plantea con la oferta del Málaga para el traspaso de José Ángel. La operación puede cerrarse en unos 3,3 millones de euros, mas cláusulas de plusvalías por internacionalidad y un posible traspaso que se verían en el futuro. Los dirigentes echan números, porque la deuda concursal sigue con un lastre que ahora es de unos 15 millones de euros, con la que hay que cumplir.

En el aspecto deportivo, está claro que hay dos jugadores de alta categoría para un mismo puesto. Las propuestas de que José Ángel juegue en la derecha o que Canella adelante su posición no parecen razonables, porque en el interior izquierdo el mejor es Diego Castro y en la derecha está Lora, con un rendimiento notable. Antes de empezar las dos pasadas ligas hubo movimientos para el traspaso de Canella, quien, hoy por hoy, es el titular. Y no pasó nada, aunque sobre los comentarios de cifras, pese a que todas las opiniones son válidas, la única realidad la marca el mercado. Un jugador vale lo que pagan por él, no en lo que se pueda tasar según criterios comparativos o personales.

En cualquier caso, el dilema está ahí y llega el momento en el que hay que tomar una decisión. Los hay que piensan que se debe conservar a José Ángel, porque en el verano valdrá más, pero también se corre el riesgo de que no evolucione lo que se espera, se estanque, se valore más la suplencia que la titularidad y no valga lo que se da ahora.

Para analizar el caso sería conveniente tener en cuenta qué pasaría si Canella se lesiona, que alternativas hay en el filial par el puesto, que es cero, y que parte del traspaso va a utilizarse en reforzar convenientemente la plantilla. Si se mantienen las cifras comentadas y se refuerza el equipo, creo que la operación debería hacerse, aunque si fue buena o mala se verá en un futuro. El dilema es decidir ahora