El empate ante el Barcelona ya es pasado, al menos en la práctica. Mañana toca el Valencia, tercer clasificado que en el año actual es el mejor equipo de la Liga de las Estrellas, empatado con el Barça.

Atrás quedan los elogios y las satisfacciones por haber frenado al mejor equipo del mundo, pero la competición sigue y la realidad es que este Sporting está sólo un punto por encima del descenso. El conjunto de Emery no es invencible, pero en su campo, salvo el reciente tropiezo ante el Schalke de Raúl y Jurado, suele demostrar efectividad.

No es un descubrimiento que el Sporting tiene dos caras. El que salió en San Mamés con una falta total de intensidad está abocado a sufrir entre los últimos. Si sale con concentración y agresividad, tiene opciones a puntuar donde sea. Preciado vuelve a hacer cambios. Algunos son poco entendibles, como las rotaciones entre José Ángel y Canella o la suplencia de Rivera, pero está claro que sólo juegan once y mientras las cosas salgan bien, el míster tiene la razón.

De momento, el equipo va a Mestalla con todas las ilusiones. Como es habitual, no estará sólo en las gradas del vetusto mausoleo levantino, aunque los espectadores ni marcan goles, ni paran penaltis. La posibilidad de seguir puntuando en Valencia dependerá, en parte, de la cara que muestre el equipo de Preciado, aunque esto no es nuevo, sin olvidar que enfrente hay jugadores de la calidad de Mata, Soldado, Adúriz y un largo etcétera.