El empate logrado por el Sporting en Mestalla tiene un valor especial, lo mismo que el sumado ante el Barcelona una semana antes. En principio, con los primeros resultados de la jornada, el equipo gijonés no caerá en posiciones de descenso, lo que puede tener una influencia sicológica.

El partido tuvo dos aspectos. En el defensivo, el Sporting de Preciado ofreció una imagen sobresaliente. Los laterales cerraron las bandas, los centrales rayaron a gran altura, con un Iván Hernández impresionante, y los futbolistas del centro del campo hicieron un trabajo sensacional. El trabajo de Eguren, sobre todo en el primer tiempo, fue básico para romper al Valencia en el centro del campo, bien apoyado por los jóvenes André Castro y Nacho Cases.

Ofensivamente, el Sporting apenas existió. No se podía con todo, aunque en la última jugada del partido, Bilic estuvo a punto de rematar una jugada fenomenal de José Ángel. Lo que más importaba era ser práctico y sumar, lo que tiene más valor ante el tercer clasificado.

Un aspecto a destacar es el planteamiento táctico de Preciado y también la efectividad en las estrategias. El Valencia lanzó doce saques de esquina y no remató ninguno. Esta vez el ‘cinexín’ funcionó, por lo que hay que colgarle la medalla que corresponde a Josep Alcácer.
Un sábado más toca celebración. Ya hablaremos del Zaragoza, al que es evidente que hay que ganar y preparar El Molinón adecuadamente.