La irracionalidad de la Liga Profesional se vio liquidada por la racional decisión de la jueza que se ocupa del caso. Como casi todos esperaban, el próximo fin de semana habrá competición liguera. La única sorpresa fue el cambio de horario del Real Madrid-Sporting, programado para las ocho de la tarde. A Mourinho le vale ganar dos horas, al no poder adelantar el encuentro al viernes. Las seis es una buena hora para los peñistas viajeros.

Para el Sporting todo sigue igual, porque desde que el lunes regresó al trabajo se había enfocado la preparación para jugar el sábado. La preocupación es que hayan coincidido cinco roturas de fibras. Salvo la de Carmelo, que es atípica, las de Cuéllar y Sastre fueron por esfuerzos, pero las de Bilic y Diego Castro tal vez se deban a exceso de intensidad en algunos trabajos. En cualquier caso, el único titular es el gallego, pero no exime la preocupación de la coincidencia de tantas lesiones musculares.

Estamos en época de bajas y al visita es a un rival que en su casa lo gana todo, pero que también está con problemas. Además, el equipo de Mourinho está entre los partidos de las selecciones, conun supuesto efecto de cansancio y lesiones, y el siguiente ante el Tottenham Hostpur, en el que se juega una buena parte de la temporada. El partido hay que jugarlo. A ver qué pasa. La ilusión de la sorpresa nunca se puede quitar, aunque luego igual acaba el encuentro en goleada, pero así fuimos a Barcelona cuando el 0-4 de febrero de 1987.