El Sporting prepara la visita a Málaga con muchos cambios. Da la sensación de que el partido más importante es el del próximo fin de semana, ante el Racing, en El Molinón. En ese encuentro, un punto les vale a los dos para sumar 44, que parce que no van a tener riesgo de descenso. Además, está aún en el aire el favor/regalo de la pasada temporada.

Tras el empate ante el Deportivo, Preciado dio por hecho que con 43 puntos estaba la permanencia virtualmente lograda. Después de la victoria de Osasuna en Zaragoza parece que el panorama está algo más complicado. No es fácil que el Depor, con el calendario que tiene, sume más de cuatro puntos, pero no hay que fiarse de nadie.

Creo que hay que ir a Málaga a sumar un punto, porque la seguridad está ahora en 45, en función de lo que pase en la jornada de martes/miércoles. Se anuncian demasiados cambios. Da sensación de que no se toma el partido en la consideración más justa, aunque el míster, que es el que está con los artistas permanentemente en el campo y el vestuario, sabrá qué mejores elije para frenar a los Baptista, Rondón y compañía, que no va a rotar.

Otro tema es el descenso del filial a Tercera División. Es un fracaso total. Eso exige una nueva planificación, un cambio de organigrama técnico y empezar a poner las cosas en su sitio, con un trabajo serio. Se nos llena la boca de agua al hablar de la Escuela de Mareo, pero ahí están los resultados. Vega-Arango presume de puño de hierro y guante de seda. Esperamos acontecimientos.