Se va Diego Castro. Es una marcha anunciada. El jugador gallego quiso esperar al final de la competición para desvelar un futuro que tenía decidido desde hace casi un año.
Sólo no estoy de acuerdo con Diego en que no se va por cuestiones económicas. En el verano pasado, las discrepancias surgieron porque el Getafe no estaba dispuesto a pagar 1,5 millones de euros de traspaso, con una oferta del club madrileño al jugador más importante que las condiciones que tenía en el Sporting. Meter en danza ahora una opinión de José Fernández, como máximo accionsita, de que el chaval no es Di Stéfano no puede ser un motivo para decir no al Sporting. No lo veo como un pesetero, pero está claro que se va porque en Getafe le van a pagar mucho más. Y si se queja de Fernández, no le queda nada con Ángel Torres, quien ya le espetó que se había ofrecido al Getafe.
Es muy lógico que si la oferta del Getafe es muy superior a la del Sporting, con casi 29 años y ante el último gran contrato de su vida deportiva, no se pueda negar a aceptarla. La diferencia de dinero le compensará la falta de una Mareona y del calor de la afición. Getafe no es Gijón, aunque las posibilidades económicas pueden permitir que se haya decantado por un equipo que tiene posibilidades de meterse en competiciones europeas. En el Sporting podría tenerlo más complicado.
En el aspecto personal se va un buen chico y en el deportivo, un buen futbolista. En cinco temporadas hizo disfrutar a la afición rojiblanca. Se le echará de menos. Le deseo buena suerte.