Parece razonable que el Sporting piense en traspasar a José Ángel o a Canella, ya que ambos coinciden en un puesto en el que sólo va a jugar uno, pero eso no quiere decir que se vaya a malvender a ninguno de los dos.
Hace ocho años, el club gijonés tuvo que asumir una postura de presión el agente de Villa. La operación estaba perfilada en 3,6 millones, pero el señor Tamargo advirtió que el ‘guaje’ sólo se iba si la operación se canalizaba a través de su empresa. El Sporting vendió por necesidad, para evitar un descenso administrativo, pero tuvo que tragar con 2,7 millones, sin ninguna cláusula de objetivos.
Ahora las cosas son distintas. El Sporting fija unos límites que los agentes de los futbolistas conocen. Si de verdad José Ángel le interesa al Barcelona y Canella al Villarreal, el único requisito es que aparezca por Mareo un representante del primer club que quiera hacer la operación o que el representante del futbolista se presente con un cheque y el contrato del traspaso, con las cláusulas correspondientes.
Eugenio Botas, que es uno de los agentes supuestamente amigos del Sporting, a juzgar por las numerosas operaciones realizadas en las últimas temporadas, aunque últimamente parece que utiliza el club para sus propios intereses. No hay más que ver las renovaciones de Landeira y Carlinos, por poner dos ejemplos recientes, o el intento de sacar a Canella a la baja, por una cantidad ridícula, salvo que piense que su representado es un jugador vulgar, que no creo.
Alfredo Martínez, que lleva los asuntos de José Ángel, también presiona con una propuesta que busca más potenciar los intereses de su jugador y del Barcelona. No debe extrañarle que el Sporting se oponga en estas condiciones.
Al Sporting le viene bien vender a uno de los dos, pero no malvender. Por muchas presiones que haya. Lo de las comisiones de los intermediarios, en este caso, es un problema de uno con el Barcelona y de otro con el Villarreal, porque lo del virtual interés del Benfica y del Oporto por el lavianés que le soplaron al Sporting suena a volador, aunque ahora se omite, no vaya a ser que suba la cotización.