Ha sido un acierto del cuadro técnico que dirige Mareo contar con Sergio Sánchez, un técnico joven y ambicioso. Cuando se fue del Sporting en el año 2000 era una promesa con un futuro extraordinario. La prueba es que el Atlético pagó 2,8 millones de euros, aunque su trayectoria deportiva no tuvo la relevancia que se vaticinaba. Ahora, Sergio empieza una nueva etapa, combinada con la escuela de porteros Dorsal 13. Se encargará del segundo equipo juvenil, además de los porteros del filial.

Mareo está cambiando. Al menos, esa es la apariencia, después de una época en la que las cosas no marchaban bien. El Sporting, por historia, siempre vivió de su cantera y últimamente había deficiencias. En diez años no hubo capacidad para sacar un lateral derecho y hubo quebuscar fuera para cubrir el centro de la zaga. Salvo excepciones, parece que los del filial dan el salto por casualidades del destino. Es el caso de Nacho Cases, a quien Preciado le dio la oportunidad de forma inesperada.

La teoría que intenta ponerse en práctica es buena. Sólo falta que para hacer un sistema uniforme en todos los equipos de Mareo se marque una directriz en el primer equipo, para que el resto se adapte, con una mejor comunicación entre el cuadro técnico de Preciado y el del filial. En el resto debería producirse el mismo método, en cascada con todos los equipos, categoría por categoría. Si la práctica no sale bien, habrá que seguir haciendo cambios.