La pretemporada del Sporting se inició con la polémica de la nueva indumentaria, con una camiseta que presenta un diseño que rompe con la que el equipo gijonés lució desde su fundación, para pasar del rojiblanco al blanquirrojo.

Es posible que cuando Kappa presentó los diseños no se haya tenido en cuenta que la repercusión popular pudiera ser negativa. El argumento de la grada no trata de que la camiseta guste más o menos, sino que es distinta a la que se entiende como esencia de la identidad del club, aunque las mayores ventas en las tiendas oficiales del Sporting desde el pasado viernes son las de la nueva camiseta, con unas buenas recaudaciones.

Esta temporada, el contrato de Kappa multiplicó por casi seis el que se tenía con Astore. La multinacional italiana permitió que el Sporting escogiera las equipaciones de reserva, pero la titular se le presentó así al club gijonés. Fue su elección, que era parte del compromiso, fundamentada en un estudio de mercado, con un diseño denominado vanguardista, en consonancia con las modas más actuales. Desde el consejo de administración se hace un recordatorio de las necesidades económicas de la entidad, en unos tiempos en los que no se lleva el romanticismo.

La afición del Sporting es más sensible que otras y no quiere saber de modas. En A Coruña no pasó nada cuando se produjo un cambio similar. En el Barcelona también se aplicaron esta temporada las rayas estrechas, sin ninguna repercusión. El Espanyol tuvo épocas en las que aplicó una variante sensible con las rayas verticales.

Kappa, como la afición gijonesa, también muestra una cara sensible a la postura popular, por lo que dentro de un año, el Sporting volverá a vestirse de rojiblanco. Ahora, por cuestiones de marketing, no están previstas más modificaciones, salvo que sea necesaria una cuarta equipación, si es que algún árbitro caprichoso, que son los más, no permite, porque todas tienen blanco y rojo, jugar con alguno de los tres uniformes presentados en los partidos de San Mamés, el Vicente Calderón o en Los Cármenes.

Lo que está claro es que la nueva camiseta del Sporting, la blanquirroja, tendrá una temporada de vigencia antes de volver al rojiblanco, que es el que parece que desea la mayoría. O, por lo menos, los que más se hacen notar.