La Liga de Fútbol Profesional, amparada en sus operadores televisivos, distribuyó de una forma caprichosa los horarios, sin tener en ninguna consideración a los aficionados y al fútbol modesto, que es la base del profesional.

Ya se sabe que habrá partidos los sábados a las seis y ocho de la tarde y diez de la noche y los domingos a las doce del mediodía, a las cuatro, a las seis y a las ocho de la tarde y a las diez de la noche, más el lunes a las nueve de la noche. Los de Segunda empezarán el viernes por la noche.

De momento, el único que levantó la voz es Maximino Martínez, con unos argumentos llenos de coherencia. Es la defensa de los modestos, que necesitan una unión nacional para tener alguna posibilidad de éxito. Los aficionados, de momento, no dijeron nada, tal vez porque José María Suárez Braña, como presidente de Aficiones Unidas, está al servicio de José María Astiazarán, líder de la LFP, con Javier Tebas muy cerca. Su última decisión fue apoyar la retirada del partido en abierto, en perjuicio de los aficionados, para conocer los horarios de los partidos con más antelación. De momento, una semana. No creo que el títere de la Liga pueda presumir de logro alguno.

Entre los grandes perjudicados están los clubes de fútbol aficionado, de Segunda División B hacia abajo, que están llamados a ir a menos, además de los aficionados, que se encuentran indefensos. Los clubes deben callar, al recibir un mejor reparto del pastel televisivo, sin que puedan contribuir de alguna forma para apoyar a los clubes que les sirven de vivero, ni velar por los intereses de sus Mareonas, ya que los ingresos del público, en el mejor de los casos, son la mitad de los televisivos.

Pues así es como recordaremos viejos tiempo, de las doce del mediodía del plus, que están aún cercanos, o cuando no había iluminación artificial en los estadios, allá por los años 60, y había que jugar a las cuatro de la tarde. Entonces, hasta se podía llevar la petaca con el ‘sol y sombra’ para combatir el frío. Ahora, sólo se puede hacer en los palcos VIP.

Así es el fútbol en el siglo XXI, que recuerda aquel dicho de “entre todos la mataron y ella sola se murió”. No faltará quien diga que a todo nos acostumbraremos. Tal vez tenga razón. Pero también podemos cansarnos. Hay cosas con las que no pueden un puñado de euros.