Preciado repetirá alineación por tercera jornada consecutiva. Así se lo anunció a los chavales tras la sesión de esta mañana. Los que perdieron por la mínima ante el Barcelona y el Sevilla tienen ganada la confianza del técnico montañés. El dibujo táctico no parece que vaya a cambiar, con André Castro en una posición de enganche entre los volantes y el delantero, que es la más poblada de la plantilla y para la que se hicieron fichajes que son utilizados como interiores.

No viene a cuento ahora reiterar lo que se hizo mal, porque la urgencia es sumar tres puntos ante el Granada. El partido es más importante de lo que se piensa. No ganar, al margen de lo que pueda afectar al cuadro técnico, significaría dejar al conjunto gijonés en una situación excesivamente complicada, que podría recordar la del desastre de la 1997-1998.

Las sensaciones actuales son mejores que las de entonces. Se aprecia cierta seguridad en la portería, se analiza una mayor contundencia en la defensa y un trabajo sobresaliente en el centro del campo. En la delantera queda la asignatura pendiente, sin que valgan las explicaciones de los delanteros que justifican su ineficacia con la táctica del entrenador.

Este equipo tiene un líder en Rivera. Su recuperación para el equipo, tras empezar la temporada liguera en el banquillo, se notó en los últimos encuentros. El manchego es un ejemplo de profesionalidad, con un peso específico en el vestuario que puede ser clave. En cualquier caso, estos detalles se completan con puntos. Los tres del sábado deben sumarse sin dar un respiro al contrario, en un campo que debe ser una auténtica olla a presión, pra llevar en volandas a los nuestros y que se minimicen los visitantes. Hay demasiado en juego y queda mucho por recuperar.