Fue un partido discreto, de esos que no pasarán a la historia. Sólo engrosarán las estadísticas. Pero los tres puntos son muy importantes para el Sporting, que sigue en una racha que permite caminar hacia la mitad de la tabla, donde los riesgos están más lejos.
El Getafe es un buen equipo, muy ordenado defensivamente y difícil de sorprender, pero parece que, pese a los muchos refuerzos, esta no parece que vaya a ser su temporada. De todas formas, su potencia da más fuerza al triunfo del Sporting.
Volvieron Diego Castro y Míchel. El gallego pasó casi inadvertido. Tal vez le pesó el ambiente y las adversidades en forma de gritos y silbidos que se le tributaron desde algunos sectores de las gradas. Los aplausos le llegaron en el relevo. En el caso de Míchel fue diferente. Si no volvió a Gijón fue porque el cuadro técnico del club no lo quiso, aunque esperó hasta el último momento, incluso antes de la firma, en las mismas oficinas del Getafe. De ahí los aplausos. En cualquier caso, desde el sportinguismo se les debe desear suerte, con la excepción de los partidos contra los rojiblancos.
En resumen, que flojo partido, buenos puntos y un gran triunfo, que es lo prioritario. En el fútbol, el primer espectáculo es ganar.
, proque no volvió, proque . No todo el mundo quedó